"Si quieres aprender, enseña". Marco Tulio Cicerón

"Si quieres aprender, enseña". Marco Tulio Cicerón

jueves, 23 de enero de 2014

EL CAMINO MÁS LARGO COMIENZA CON EL PRIMER PASO…

Como todos ya sabemos, el camino más largo comienza con el primer paso, y éste blog ha constituido un primer paso hacia la lucha por la educación permanente.

Atrás quedan ya las reflexiones, el desarrollo de las distintas enseñanzas prácticas y básicas, y las horas de elaboración del presente blog. Sin embargo no quedarán atrás los conocimientos, habilidades, actitudes, etc, adquiridas a lo largo de este cuatrimestre, puesto que como ya hemos estudiado, el aprendizaje es transferible a nuevas situaciones, y podrán servirme en un futuro profesional.

Con el desarrollo del mismo, he intentado romper con muchos de los estereotipos asociados a la etapa de adultez tardía; explicar lo que se persigue con la educación permanente; y demostrar que no podemos meter a todos los adultos mayores en un mismo “saco”, puesto que como el resto de jóvenes y adultos, todos tienen características, experiencias, intereses y motivaciones distintas que debemos de tener en cuenta a la hora de su formación.

En definitiva, ya va siendo hora de dejar culpabilizar a los mayores de la pérdida del bienestar social; de dejar de sobreprotegerlos; y de seguir favoreciendo su autonomía personal, social, y cultural; puesto que son fuente de experiencia y sabiduría y pueden servirnos de utilidad para enfrentarnos a la cambiante sociedad en la que nos encontramos.


¡Hasta pronto!

miércoles, 22 de enero de 2014

C.E.P.E.R. JOSÉ SANDOVAL (LAS CABEZAS DE SAN JUAN)

Hace ya algunas semanas, tuve el placer de visitar el Centro de Educación Permanente José Sandoval, situado en mi localidad natal, Las Cabezas de San Juan.

La experiencia me hizo darme cuenta de que con el paso del tiempo el centro se ha ido transformando, pasando de ser un Centro de Adultos (que recogía meramente ofertas de alfabetización destinada a aquellas personas que en su día no habían podido adquirir una formación básica), a convertirse en un centro de Educación Permanente en la actualidad.

Así, este centro, empieza su andadura bajo el nombre “Centro de Adultos de Las Cabezas” en octubre de 1984, por medio de un convenio entre el Ayuntamiento de la localidad y la Junta de Andalucía; y sin contar apenas con mobiliario escolar.
De esta manera, lo que antes eran apenas dos aulas, con un número de alumnos reducido(todos ellos situados en las etapas de adultez intermedia o tardía), y con una oferta formativa limitada; ahora se ha convertido en todo un centro educativo que recoge una amplia oferta educativa (tanto referidos a la educación formal como no formal), y un alumnado con perfiles, intereses, experiencias y motivaciones muy distintas.


A continuación, dejo un vídeo dónde se refleja lo explicado anteriormente, explicándose la oferta educativa del centro: 

A modo de conclusión, tengo que indicar, que la visita me sirvió para darme cuenta de que los mayores siguen teniendo cierta curiosidad por aprender, por adaptarse a las nuevas tecnologías, y por seguir aprendiendo y formándose constantemente.  


Referencias:
Página web del centro: http://ceperjosesandoval.com/

RESUMEN BLOQUE 2

Tras la elaboración del temario para el estudio de la asignatura, y a partir de apuntes propios que he tomado en clase, del material utilizado por la profesora en las Enseñanzas Básicas, y tras la lectura de la Bibliografía Obligatoria reflejada en la Guía Docente; me he detenido a realizar un resumen del BLOQUE 2 a fin a afianzar conceptos y conocimientos y de que sirva de utilidad a mis compañeros/as que visiten el blog.  

                     

Referencias:
López-Barajas, E. y Sarrate, M. (Coords)(2002). La educación de personas adultas: reto de nuestro tiempo. Madrid: Dykinson.

Apuntes de clase. 

martes, 21 de enero de 2014

LA EXPERIENCIA: UNA FUENTE DE APRENDIZAJE.

Como indica Jarvis (2003), a veces no se produce el aprendizaje, debido a que evitamos situaciones de aprendizaje porque no queremos experimentar o porque no somos conscientes de que la experiencia es una fuente de aprendizaje.

Mientras estudiaba, y al leer esta frase, se me vino a la cabeza una persona; ya que sin duda, a lo largo de muchos años me ha demostrado “que el saber no ocupa lugar”, y que de la experiencia emanan fuentes de aprendizaje.


Ésta persona de la que hablo es mi abuela, quién ya hace algunos años que falleció, pero quién sin duda, me hizo aprender muchas de las cosas que sé hoy en día.
Para mí, ella es un claro ejemplo del envejecimiento activo, del autoaprendizaje, y de que la edad no es un inconveniente para aprender.

Con casi 80 años de edad, y sin haber entrado en contacto en ningún momento con la enseñanza formal, se pasaba los días viajando, cocinando, innovando en sus labores; y aconsejándonos y deleitándonos con su experiencia, pues, de hecho, con el tiempo, me he dado cuenta de que las experiencias vividas junto a ella, me han ayudado un poco a ser quién hoy en día soy. Así, el haber vivido muchos momentos junto a ella y el conocer su propia experiencia, me han ayudado a adquirir numerosas habilidades sociales, a valorar un poco más todo lo que tengo a mi lado, y a conducirme en un camino hacia el aprendizaje constante.

Este es un claro ejemplo de que aunque “la juventud es un regalo de la Naturaleza, la vejez es una obra de arte”, en cuánto a que ellos pueden enseñarnos muchas cosas, en tanto destaca la importancia en edad, saber y gobierno.

Referencias:

 Apuntes de clase. Bloque 1b y 2b. 

REFLEXIÓN. LA ADULTEZ TARDÍA. EXCLUSIÓN E INDIFERENCIA.

Aprovechando uno de los ensayos elaborados para otra asignatura acerca de la adultez tardía, aprovecharé, para plasmar una parte del mismo, intentando hacer reflexionar a mis lectores acerca de cuál es la posición en la que actualmente situamos a nuestros mayores en la sociedad; para posteriormente realizar una pequeña reflexión personal al respecto:

En una de mis últimas visitas a la residencia de ancianos donde se encuentra alojado mi tío-abuelo, y observar algunas de las cosas que allí acontecían, algunas preguntas rondaban por mi cabeza, ¿A quién consideramos “anciano” en esta sociedad? ¿Por qué está aumentando tanto, la demanda de residencias? ¿Son considerados los adultos mayores un “estorbo” para la sociedad? ¿Están cambiando los valores sociales  en torno al respeto y cuidado de los ancianos?  
Por un lado, aunque en las sociedades no industrializadas se percibía a los ancianos como un colectivo sabio y que gozaba de gran experiencia, y aunque en algunas minorías, como en la etnia gitana, se sigue manteniendo esta imagen de la vejez; a partir del siglo XX, esto comenzó a cambiar. El aumento de la esperanza de vida debido a los avances que se han conseguido en economía y medicina, unido a que cada vez dedicamos más tiempo a nuestro trabajo y a que las viviendas dónde habitamos son cada vez más pequeñas; ha provocado que nuestros mayores no tengan cabida en nuestra sociedad.
Además, parece evidente además, que actualmente existen cambios en la composición de las familias y en la concepción de los compromisos y responsabilidades familiares. Así, mientras nuestros mayores creen que los jóvenes tenemos la obligación moral de encargarnos de su cuidado por todo lo que ellos hicieron por nosotros en el pasado, nosotros nos estamos dedicando, a ser independientes, a disfrutar el momento y a vivir a corto plazo, dando de lado a nuestros mayores. ¿O acaso no es así?. 
Por tanto, podremos decir que, en la cultura occidental en la que nos encontramos, los ancianos, por lo general, son considerados un “estorbo”, siendo las residencias “los lugares que simbolizan de forma extrema el desarraigo familiar de los viejos y el abandono que sufren” (Fericgla,1992).
Por otro lado cabe destacar el hecho, de que por lo general, “las personas mayores son tratadas con respeto mientras aún pueden cuidar de sus nietos, encargarse de las tareas domésticas, hacer labores, o realizar cualquier otra actividad que nos aporta algún tipo de beneficio” (Feixa,1996). Pero, ¿qué ocurre cuando nuestros ancianos ya no pueden valerse pos sí mismos y necesitan de nuestra ayuda? Entonces, los convertimos en “chatarra social” (Vázquez,1999), y los dejamos desprovisto de estatus y de toda participación social activa; anulamos su capacidad de decisión, e ignoramos sus opiniones en muchas ocasiones; es decir, “los arrinconamos como ciudadanos acabados y desprovistos de toda utilidad pública, al mismo tiempo que les adoctrinamos para que se aparten del mundo… hasta que la muerte venga a por ellos” (Comfort, 1984. “Citado por Osorio,2006”).
A mi juicio, otra de las causas de la exclusión de los ancianos en nuestra sociedad, es el hecho de que hemos sustituido la información, experiencia y conocimiento que antes nos transmitían nuestros mayores, por la que ahora nos transmiten los medios de comunicación o por la que se nos transmite a través de la institución escolar. Así, ahora es el joven el que sabe y el que tiene el “poder”, mientras que se considera que los ancianos no saben porque “chochean”, pasando así a estar dirigidos por los jóvenes. De esta manera, en la sociedad occidental, “la vejez produce un regreso a la dependencia hacia la familia en particular, y a la sociedad en general” (Harm 1999. “Citado por Ronzón,2010”).
Esta concepción negativa del concepto de vejez, que lleva a las personas de la tercera edad hacia la exclusión y marginación social, ha convertido el término anciano en indeseado, de manera que, aunque casi todo el mundo quiere vivir muchos años, nadie quiere llegar a viejo. Así, se considera que la vejez es “una especie de infección, una enfermedad contagiosa cuyo contacto hay que evitar a toda costa” (Schirrmacher 2004.“Citado por Osorio, 2006”).
Además, ¿nos hemos parado a pensar por un momento cómo se sienten nuestros mayores ante este rechazo por parte de la sociedad?
En una conversación con los ancianos de la residencia, pude observar que nuestros mayores interiorizan ese rechazo social, y se perciben en torno a los valores de inutilidad e incapacidad que la sociedad les atribuye. Además, la percepción de vejez sobre sí mismos, depende de su capacidad para realidad las actividades cotidianas, de manera que se su autoestima y su autopercepción se debilitan cuando tienen que depender de las personas de su entorno para la realización de dichas actividades. Sin embargo, “aunque el envejecimiento físico es inevitable, la persona que lo experimenta puede mantener el control sobre su actitud, evitando así convertirse en una persona vieja” (Ronzón 2003).

Desde mi punto de vista, deberíamos de comenzar a luchar por recuperar los valores de respeto y comprensión hacia nuestros mayores, ya que pienso que todavía tienen mucho que aportar a nuestra sociedad. Además, deberíamos de tener en cuenta que algún día, si esto no cambia, nosotros mismos seremos los excluidos, los marginados, y los que sufriremos indiferencia, ya que la juventud no dura toda la vida.
De esta manera, si me sitúo en la perspectiva de la educación social y el trabajo social, pienso que se deberían promover desde estos ámbitos, el desarrollo de medidas que favorecieran el envejecimiento activo, de manera que se otorgara a nuestros ancianos deberes, responsabilidades y el ejercicio de derechos para evitar así su exclusión de la toma de decisiones. También, veo necesario que desde dichos ámbitos, se generen políticas sociales que provean a la sociedad de los mecanismos necesarios para que se favorezca la inclusión y la participación ciudadana de nuestros mayores; así como la búsqueda de una serie de mecanismos orientados hacia el respeto y consideración de los ancianos; siendo la educación permanente un buen medio para ello.

Referencias:
Páez, C. (2011). Ensayo. La tercera edad. Exclusión e indiferencia. Antropología de la Educación.
Como en la reflexión figuran algunas citaciones, he de decir, que para la realización del ensayo (referencia arriba indicada), utilicé las siguientes referencias:
§   Fericgla, Josep M.(1992). Envejecer. Una Antropología de la ancianidad. Barcelona: Herder.
§   Feixa, C. (1996): «Antropología de las edades». En J. PRAT y A. MARTÍNEZ (editores): Ensayos de antropología cultural (319-335). Barcelona: Ariel
§   Osorio, P. (2006). Exclusión generacional. Revista Mad (Departamento de Antropología. Universidad de Chile), 14.
§   Vázquez,F.(1999). Hacia una cultura de la ancianidad y de la muerte en México. Papeles de Población (Universidad Autónoma del Estado de México), 19,65-75.
§   Ronzón, Z. (2010). La percepción subjetiva de la vejez en la vida cotidiana. Una visión Antropológica. En Montoya,J (coord).Análisis sociodemográfico del envejecimiento en el Estado de México (208-229).


martes, 14 de enero de 2014

¿QUIÉN DICE QUE LA SEXUALIDAD NO INTERESA A LOS MAYORES?

De nuevo, navegando por la red, encontré un blog titulado “Sexualedad” que habla sobre la sexualidad de los adultos mayores.
Fue entonces cuando empecé a reflexionar sobre un mito que estamos cansados de escuchar. ¿Quién dice que la sexualidad no interesa a los mayores?

Compruébenlo por vosotros mismos: 


El vídeo, nos hace ver que el mito es falso, debido a que, el sexo, a cualquier edad, puede ser fuente de placer y felicidad; y cómo se dice en el blog: “En la tercera edad, el sexo suele además ser la expresión de sentimientos derivados de la relación de toda una vida; y pensar que cualquier problema que pueda surgir en las relaciones sexuales se debe al hecho de la avanzada edad es un error, y hace que no se busquen soluciones”. 
Éste mito, es un nuevo ejemplo de que la percepción generalizada que existe sobre los mayores es de una imagen negativa, asociando la adultez tardía con la aparición de patologías y disfuncionalidades; pero sin tener en cuenta que muchos adultos mayores se mantienen activos en muchos aspectos, cómo en la sexualidad.
Desde la perspectiva de la Educación social, debemos seguir luchando por tanto por la implantación de políticas de formación que faciliten un mayor conocimiento de los mayores; y establecer programas que favorezcan la dignidad, la independencia, la autorrealización y la participación de los mayores.
Una vez dicho esto, os dejo a continuación, un vídeo que invita a reflexionar sobre la etapa de adultez tardía y en torno a su relación con la sexualidad.


A modo de conclusión, no podemos olvidar que “es importante añadir años a la vida, pero más añadir vida a los años”. Además, “también es importante saberse mayor y no sentirse mayor, ya que la edad adulta mayor es una etapa de autocreación, de forma que hay que saber envejecer y ser conscientes del envejecimiento” (Apuntes de clase, bloque 2b).

 Referencias:
Blog sexualedad. Consultado el 12 de Enero de 2014 a través de: http://sexualedad.wordpress.com/
Apuntes de clase. Bloque 2b. 

domingo, 12 de enero de 2014

NI LA EDAD LOS PROBLEMAS CON LAS TIC LE IMPIDIERON CONSEGUIR SU SUEÑO…

Mientras navegaba por la red, intentando encontrar algún vídeo que encajase con un trabajo que tenía que realizar para otra asignatura, me topé con el vídeo que más abajo podéis ver. 

En él, se refleja la historia de Carmen Santamaría, una mujer de 74 años de edad, quién no sin pocas dificultades, obtuvo recientemente el título de Licenciada en Comunicación Social. Madre de 7 hijos y abuela de 16 nietos, compaginó día a día sus tareas de la vida cotidiana con los estudios superiores; que (a pesar de tener dificultades con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ya afrontando el miedo al choque generacional), consiguió terminar. 

Ahora y cómo el vídeo indica: “Hoy el sueño de Carmen es escribir un libro sobre su vida para que sirva de ejemplo a aquellas personas que piensan que los sueños no se hacen realidad”. 

                        


Intentando relacionar la historia de Carmen con algunos de los aspectos tratados en clase a lo largo del cuatrimestre, he de indicar, que éste es un buen ejemplo de Educación Permanente que desmiente el estereotipo que defiende que los adultos mayores no son capaces de aprender. Además, refleja en gran modo los rasgos relativos al carácter específico del aprendizaje en la edad adulta, ya que, tal y cómo hemos visto en clase, en el aprendizaje de Carmen predomina el carácter voluntario (ya que su entrada en la edad adulta ha estado desencadenada por intereses personales); comparte la actividad educativa con otras responsabilidades; y aunque su aprendizaje ha sido más lento (puesto que ha necesitado más tiempo para establecer relaciones sociales, y para establecer relaciones entre nuevos y anteriores contenidos, encontrando dificultades en el uso de las TIC).
En conclusión, podemos decir que con el presente vídeo, se puede aprobar el hecho de que no existe decaimiento significativo en las habilidades de todos los adultos mayores; y de que las capacidades de aprendizaje se conservan hasta una edad avanzada.


Referencias: Apuntes de clase, Bloque 2B